domingo, 17 de enero de 2010

Cultura milenaria vs cultura mercantil


Cultura milenaria vs cultura mercantil

Zurima Vásquez

Los pueblos indígenas desde su milenaria relación con el bosque, la flora y la fauna, al ver que éstos les proporcionaban supervivencia originaron una conciencia educativa ambientalista que sucede de generación en generación.

Con la llegada de los europeos y su cultura tan distinta a la de los indígenas, los elementos ambientales dejaron atrás su valor ecológico para poseer un valor mercantil, ya los árboles no eran vistos como parte de nuestro hábitat, nuestro entorno y queridos como un miembro más de nuestra familia, que nos brinda sombra, frutos y hasta diversión, sino eran vistos como madera, carbón, leña, papel, pegamento, utensilios, cauchos, muebles etc.

Desde el siglo XX cuando la población se cree civilizada, comenzó la destrucción de nuestro ambiente, con la contaminación de ríos y arroyos por productos químicos emanados de fábricas, refinerías y desagües, lo que ha provocado la muerte anual de 10 millones de personas en el mundo por beber agua contaminada. Al parecer a los habitantes de la tierra se les olvido las funciones de los elementos ambientales, quizás no saben que los árboles producen oxígeno, disminuyen las altas temperaturas, absorben el monóxido de carbono y demás gases nocivos para la salud, viabiliza la evaporación de las aguas (por ello hay nubes y lluvias), retiene las aguas de las lluvias para liberarlas progresivamente (por ello existen los arroyos, quebradas, manantiales, etc.), protege al suelo (evita su erosión por las fuertes precipitaciones), sirve de hábitat a las aves en cuyas ramas anidan, nutre al suelo, ornamentan el paisaje, brindan una sombra refrescante, sus frutos alimentan a las aves y mamíferos (incluyendo a los seres humanos).

El 23 de diciembre de 1994, la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el “Decenio Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo”, con el objetivo de fortalecer la cooperación internacional para solucionar los problemas con que se enfrentan los pueblos indígenas, tales como los derechos humanos, el medio ambiente, el desarrollo, la educación y la salud, por lo que se acordó celebrar el "Día Internacional de las Poblaciones Indígenas" el 9 de agosto de cada año.

Con el pasar del tiempo, y al ver que el entorno ambiental iba cambiando tan radicalmente, algunas personas comenzaron a preocuparse por ello, y crearon en el año 1992 la Cumbre de la Tierra o Cumbre de Río, también conocida como La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, en ella participaron representantes de 178 países asistiendo durante doce días a la cumbre en Río de Janeiro, Brasil, allí se desarrolló y legitimó una agenda de prevenciones relacionadas con el cambio medioambiental, económico y político, se determinó qué reformas medioambientales era necesario implementar a largo plazo, tanto a nivel nacional como internacional. Los principales temas abordados en estas convenciones incluyeron el cambio climático, la biodiversidad, la protección forestal, y la Agenda 21 (proyecto de desarrollo medioambiental de 900 páginas). Para ese año fue la mayor conferencia celebrada haciendo del medio ambiente una prioridad a nivel mundial. Pasado cinco años, en 1997 se reúnen en Kioto representantes de los países integrantes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, creada en el seno de la Cumbre sobre la Tierra, este protocolo establece que los países desarrollados deben reducir sus emisiones de gases causantes del efecto invernadero en un 5,2% para el año 2012 respecto a las emisiones del año 1990.

Entre el 26 de agosto y el 4 de septiembre de 2002, diez años más tarde de realizada la primera Cumbre de la Tierra, se celebró en la ciudad de Johannesburgo la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, conocida también como Río+10, a la que asistieron representantes de 191 países y se acordó un Plan de Acción que incluía reducir el número de personas que no tienen acceso al agua potable y a las redes de saneamiento de aguas residuales. Como sigue aumentando la industrialización de los países y con ello la contaminación, con la llegada del gobierno bolivariano, se crea la Misión Árbol bajo el lema “sembrando conciencia ecológica”, el 4 de junio de 2006, entre sus objetivos están: recuperar las áreas verdes y boscosas del país, así como brindar refugio a las especies animales y la conservación de terrenos; generar en los venezolanos una conciencia ambiental sobre la importancia de los bosques y el equilibrio ecológico para promover una nueva ética ambientalista y mejorar su calidad de vida. Desde la implementación de esta Misión, se han llevado a cabo las Jornadas de Recolección de Semillas durante los años 2006-2008 con la participación de 10.900 personas. Actualmente están contempladas en el Plan Simón Bolívar, algunas propuestas ambientales: asegurar que la producción y el consumo de energía contribuyan a la preservación del ambiente; desarrollar la industria del gas natural libre; propiciar el uso de fuentes de energías alternas, renovables y ambientales sostenibles; y preservar y mejorar el ambiente y la calidad de vida de las comunidades afectadas por la utilización de hidrocarburos como fuentes de energía.

Entre el 5 y 7 de noviembre de 2009, se realizó el I Congreso Venezolano de Ecología Social en el municipio Los Salias, por parte de instituciones y empresas públicas y privadas en apoyo a la Asociación Civil “Brújula Ecológica”, a fin de dar a conocer la ideología política verde, uno de los temas abordados fue los derechos a una economía verde, y se concluyó que por cada niño o niña que nazca en la jurisdicción, la alcaldía entregará una especie autóctona vegetal a la familia para que lo mantenga y contribuyan con la promoción de la conciencia ecológica.

Para las culturas originarias el valor ecológico de todos los elementos que se encuentran en su entorno tiene gran significación para su bienestar y calidad de vida, y así como ellos, cada uno de los habitantes de la tierra debería participar de forma activa y permanente para conservar y proteger el medio ambiente, una de las maneras es reciclar todo tipo de material, no desperdiciar papel, ahorrar energía (no dejar luces encendidas y apagar los artefactos eléctricos cuando no estén en uso), y ahorrar agua. Para ser colaboradores activos del medio ambiente, sólo debemos recordar 3 erres: reducir, reutilizar y reciclar.

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